lunes, 17 de junio de 2013

Mi Propio Diario; La Mujr Rota, de Simone

 (2)



Pasan los años, vuelve a ver a Maurice, dejó su apartamento, se mudo definitivamente con Noéllie. Las palabras que brotaron de su boca pensando en ser conciliador llegó a ser penoso, “Sabía que tu saldrías a delante, ella no podría”, ¿por lastima acaso se quedo con ella?, vuelven las dudas, las incertidumbres, las obsesiones mentales, pero se controla, sabe controlarse, entiende ( de muy mala manera entendió), que el no podía negarse el vivir los últimos 40 años de su vida intentado ser feliz.

Ella esta cambiada, reluce a veces su sonrisa y logra convencer a todos sus cercanos que se encuentra mejor, le dicen que se ve bien, ríe , juega disfruta de salidas con amigos, se distrae.

Cuando intenta afrontar, recae en su pena, en sus llantos, por que aunque pasen los años sigue sollozando de vez en cuando en su cama por las noches, recordando momentos que no volverán, palabras dichas hace décadas.



La obsesión de esos mas de cinco meses no pasa sólo por ella, las mismas amistades, los mismos consejos, los mismos miedos, escuchar y escribir las añoranzas de esos días, el recordar los bueno momento y negarse profundamente a rememorar los malos, intentando vagamente convencerse de que siempre ha estado enamorada, hasta que descubre que Maurice se ha convertido en otro, en un ser extraño, con gustos penosos, fijarse en Noéllie, en lo que siempre despreciaron, esos filtreos de colegiales y noches sexuales de prostíbulos, no era amor, nunca volverá a tener los tropiezos en aquel pasto, en aquel cerro, esos revolcones juguetones donde sin decir nada sabían que estaban formando algo hermoso, jugando a ser unos una pareja de rock, retomando sus mismos pasos, rayando en las paredes “Courtney me gustas, tu Jim”.

Ahora se encuentra sola, no desolada pero sola, esa soledad es la que necesita, volver a recobrar su integridad, volver a componer los pedazos rotos que dejo esa mujer, “La mujer Rota”, pasa por ella.



Reencontrarse con las tinieblas que le provocó Maurice, que le provocó Talbot, Diana, Luce, todos ellos, reencontrarse con las mentiras de cada uno, sobre todo reencontrarse con la culpa, la que aún la persigue.



(3)



“Amiga mía siempre tan oportuna, no puedo ir hoy, no he estado bien, debo afrontar mis temores nuevamente y esta vez espero que sea sin beber”





Tobi Vail.-

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